Se toma el camino que sube cerca de la ermita siguiendo el río La Larrí. Este camino tiene escaleras en la mayor parte de su recorrido. ¡Tenga cuidado! Debido a la proximidad del río y de las cascadas, está muy húmedo y, por tanto, resbaladizo en algunos lugares. A continuación, se llega a una meseta con una vista directa del macizo de Monte Perdido. ¡Un regalo para los ojos! El regreso puede hacerse por la misma ruta o por un camino más amplio que no presenta dificultades. Diferencia de altura de unos 400m desde el aparcamiento.

Con un desnivel de 1400m pero se puede pernoctar en el refugio Tuquerouye situado cerca del lago (hay que informarse con antelación ya que se prevén obras).

La salida es desde el parking, las señales le guiarán. Tras una zona boscosa muy agradable en los días de calor, estarás a 1600m y ya tendrás una gran vista del valle de Piñeta, las Tres Marías y la majestuosa cascada del Cinca.

Cuando llegues a esta última, podrás parar y refrescarte. A partir de aquí el camino se vuelve pedregoso, pero sigue estando muy bien marcado. Una serie de giros y vueltas le llevarán rápidamente al Balcón de la Pineta (2600m). Un lugar magnífico donde uno se siente humilde ante este grandioso sitio!

La caminata continúa entre las rocas y le llevará directamente al lago de Marboré, al pie del Mont perdu y del Cylindre. El refugio Tuquerouye se encuentra en el estrecho pasaje de la brecha del mismo nombre frente al Monte Perdido. Me tomé el tiempo de admirar estos picos clasificados entre los más altos de la cadena pirenaica (3º y 11º).

El regreso es por la misma ruta con algunas agradables sorpresas.