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El pueblo abandonado

Muro de Bellos

Con la previsión de tiempo nublado sobre los valles franceses, decido tomar la carretera hacia España, para visitar el pueblo «deshabitado» (no hace falta traducirlo…) de Muro de Bellos.

 

Un lugar donde el olor del romero se mezcla con el del boj y la retama.

Escalona

Punto de partida de la caminata

Después de dejar el coche a la salida de Escalona, recorro la carretera (transitable sólo en 4×4) y sus cuatro kilómetros bajo un sol abrasador. Un cambio total de escenario después de la caminata con raquetas en el Néouvielle el día anterior: bajo los abetos, el olor del romero se mezcla con el del boj y la retama. Distraído por este ambiente, el vuelo de un buitre a unos metros por encima de mi cabeza me devuelve a la realidad: mis pasos deben haberle molestado. La observación es clara: ¡hoy no me encontraré con mucha gente!

Sin embargo, tengo la suerte de observar, al cabo de unos minutos, un impresionante grillo (¿egipcio?) de unos 5 cm de largo!

Al subir unas cuantas curvas, veo por fin el pueblo en su promontorio: un modesto campanario y un gran edificio destruido.

Continúo mi avance hasta llegar a la entrada del pueblo, presidido a la izquierda por la iglesia y varias viviendas, mientras que edificios más modestos se dispersan a lo largo de la carretera que se enrosca más arriba en la ladera. La vegetación cubre más o menos las terrazas, restos de la actividad agrícola del pasado, al pie de los cimientos.

La vista es magnífica,desde el lago Mediano en el sur hasta el cañón de Anisclo en el norte, al pie de las cumbres nevadas.

A 1 hora de Saint Lary
Exótico
En la familia

El pueblo

con sus misterios
Y finalmente

Terminada la visita, partí de nuevo con la amarga sensación de haber asistido al sacrificio de este pueblo, reforzada por la impresión de que su posición y su entorno paradisíaco deberían haber hecho de él un medio de vida propicio para el bienestar de sus habitantes.

Muchos de estos pueblos «deshabitados» se han beneficiado de la restauración en las últimas décadas y experimentan ahora una nueva vida, principalmente turística, a imagen y semejanza de Liguerre de Cinca, El Pueyo de Araguas, Morillo

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