Los beneficios de las aguas minerales naturales se conocen desde el siglo V a.C. Utilizadas originalmente por los romanos para disfrutar de agradables momentos de relajación y desconexión, al descubrirse sus virtudes terapéuticas, este recurso natural fue explotado en el tratamiento de muchas patologías.
Ahora son una gama de tratamientos que, según las características naturales propias de cada agua termal, participan en la mejora de la salud diaria de muchos pacientes.